Rollo

Los setenta sietes de Daniel 9
Ricardo Aschmann

Página principal de la cronología de la Biblia

 

English

Última actualización:

26-feb.-2022 a las 13:15

(Véase Historia.)

© Richard P. Aschmann

(cronologiabiblica.net/SetentaSietes.html)

Contenido

1.      La profecía

2.      La posición liberal

3.      Los detalles

4.      Una posible conexión navideña

5.      La posición judía

5.1.      Una refutación judía y algunas respuestas a ella

5.1.1.      La cronología tradicional judía

5.1.2.      La traducción correcta del versículo 25

5.1.3.      Otras opiniones judías

6.      Comparación de 3 versiones en español de este pasaje, con las diferencias importantes marcadas en colores distintivos

 

1.      La profecía

Una de las profecías más fascinantes del Antiguo Testamento para la cronología de la Biblia es la de las “setenta semanas” en Daniel 9:24-27. El consenso general de interpretación entre los cristianos conservadores es que estas “semanas” se refieren a grupos de siete años,[1] y muchos la han visto como una predicción exacta de la venida del Mesías, Jesucristo, ¡y así es! Si suponemos esto,[2] entonces realmente sólo existe una sola posibilidad para la fecha de comienzo, como han confirmado varios intérpretes (por ejemplo, los Reformados I (enlace archivado), los carismáticos I y los adventistas del séptimo día I)[3]: el decreto de Artajerjes I de Persia en 458 o 457 a.C., el séptimo año de su reinado, que se encuentra en Esdras capítulo 7, y esto realmente concuerda perfectamente las cifras! (Algunas fuentes, que incluyen a F. LaGard Smith, dicen que el decreto ocurrió en 458 a.C., pero casi el mismo número de otras fuentes dicen 457 a.C.; calcular los eventos por los reinados de los reyes siempre es un poco inexacto, pero esto no es un problema.)[4]

Lo sorprendente de esta profecía es que no puede ser explicada y refutada por aquellos que no creen que la Biblia sea la Palabra de Dios. Las fechas coinciden perfectamente, algo que sólo Dios pudo haber orquestado. Él dio la profecía a Daniel en 539 a.C., unos 80 años antes del comienzo del período inicial.

2.      La posición liberal

Algunos estudiosos liberales que niegan la profecía sostienen que el libro de Daniel fue escrito mucho más tarde: la última fecha propuesta es 164 a.C. Pero esto no explica cómo la profecía se alinea tan perfectamente con la vida de Jesús, quien nació varios siglos después. Como muchas otras profecías del Antiguo Testamento, como la profecía de que el Mesías nacería en Belén, encontrada en Miqueas 5:2 y fielmente citada por los líderes religiosos judíos al malvado rey Herodes en Mateo 2:6, no puede ser explicada o refutada y demuestra la fidelidad de la Palabra de Dios, para alabanza de su gloria.

3.      Los detalles

El texto de Daniel 9:24-27 de la Reina Valera 1960, a menos que se especifique otra versión

Mi análisis (con mucha ayuda de otras fuentes, como se explica arriba)

24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación (NVI la transgresión), y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

Setenta ‘sietes’ = 490 años, desde 457 a.C. hasta 34 d.C. (¡Acuérdese que no existe el año 0!) Sin embargo, como se ve a continuación, este período sigue hasta unos pocos años después de la muerte y la resurrección de Jesús.

“para terminar la prevaricación (NVI la transgresión), y poner fin al pecado”: Jesús se hizo cargo de nuestros pecados de una vez por todas en la cruz, poniendo fin a su poder mortal sobre nosotros.

“y ungir al Santo de los santos”: ¡Jesús es el Mesías, el Ungido, el Rey!

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

“la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”. Como se mencionó anteriormente, el decreto en Esdras 7:12-26 en 458 o 457 a.C. se ajusta perfectamente al marco temporal, aunque menciona la restauración del templo en lugar de la ciudad. Sin embargo, éste fue el comienzo del “Segundo Retorno”, que se relata aquí y en el libro de Nehemías, y el resultado sí fue la restauración y reconstrucción de la ciudad de Jerusalén. Este decreto fue reforzado y aclarado por las cartas que el mismo rey Artajerjes le dio a Nehemías unos años más tarde en 444 a.C. (Nehemías 2:7-9), proporcionándole materiales para reconstruir la muralla y la puerta. Así que parece claro que éste es el decreto al que se refiere.

“hasta el Mesías Príncipe”: 69 × 7 = 483 años. Múltiples evidencias sugieren que el ministerio de Jesús comenzó en 27 d.C., como se muestra en mi cronología y en The Narrated Bible, y hay exactamente 483 años desde 457 a.C. hasta 27 d.C. (Acuérdese, no hay año 0!)

Siete ‘sietes,’ y sesenta y dos ‘sietes.’ se suman a 69, pero ¿a qué se refieren los primeros siete sietes? La mayoría de los intérpretes ven éstos como el período requerido para completar la reconstrucción de “la plaza y el muro” de la ciudad de Jerusalén, es decir, toda la ciudad. Aun después de que el muro se completó en 444 a.C., gran parte de la ciudad todavía no habría sido ocupada o reconstruida adecuadamente, como se sugiere en Nehemías 11:1-2. Así que la ciudad habría sido reconstruida completamente después de siete sietes, o 49 años, en 408 a.C.

26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí;

Esto aparentemente se refiere a la muerte de Jesús después de su período de ministerio. ¡Murió por nuestros pecados, no por sí mismo!

y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

El príncipe que ha de venir claramente es Jesús aquí también, como podemos ver por la primera oración del versículo 27, pero lo demás no está tan claro. Muchos han dicho que esto se refiere a la destrucción de Jerusalén en 70 d.C. (que seguiría siendo “después de los sesenta y dos sietes”, aunque no dentro del último “siete”). “El pueblo” sería el grupo étnico de Jesús, los judíos, que provocaron esta destrucción al rechazar a su Mesías. Si es así, entonces la descripción es muy apta.

27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.

Esto demuestra que el último período de siete años, desde 27 hasta 34 d.C., se divide por la mitad, y de hecho el ministerio de Jesús duró 3 años y medio. Y ciertamente hizo “cesar el sacrificio y la ofrenda”, porque su sacrificio cumplió y eliminó toda necesidad de los sacrificios y ofrendas del Antiguo Testamento (Mateo 5:17-18), todos los cuales habían sido señas apuntando hacia él.

¿Qué suceso formó el final de este período, en 34 d.C.? Creo que probablemente fue el martirio de Esteban (Hechos 6:8-7:60) y la siguiente persecución de Saulo y la dispersión de la iglesia (Hechos 8:1-3). ¿Por qué fueron tan importantes estos dos acontecimientos que constituirían el fin de los siete años en que el Ungido “confirmaría un pacto”? Porque marcó el momento del rechazo total del Mesías de parte de los líderes judíos, y el primero de muchos martirios que resultaron de esto. El pacto había sido rechazado finalmente, y debido a la persecución desencadenada bajo Saulo de Tarso, ¡el evangelio comenzó a llegar también a los gentiles!

Muchos están de acuerdo en seleccionar este suceso, entre ellos esta página I y esta página I. Esta página I (enlace archivado) indica que ésta es la posición general Reformada (aunque el escritor es un dispensacionalista y tiene una posición diferente).

Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

Sobre una de las alas del templo cometerá horribles sacrilegios, hasta que le sobrevenga el desastroso fin que le ha sido decretado”». (NVI)

Esta última oración es confundidora, como demuestran las diversas traducciones dadas por la RV y la NVI. La mayoría de los comentaristas piensan que esto también se refiere a la destrucción de Jerusalén en 70 d.C., y que se refiere a “traer las insignias y los estandartes de los paganos romanos en el Templo”, como sugiere este sitio.

4.      Una posible conexión navideña

El Dr. Hugh Ross, en su artículo La estrella de Navidad I, especula que los magos que vinieron del oriente para ver al niño Jesús en Mateo 2 podrían haber sido hombres sabios de Persia o Babilonia que conocían esta profecía del profeta Daniel porque pertenecían a la misma orden de magos (hombres sabios) de los cuales Daniel llegó a ser el jefe supremo en Daniel 2:48. Por lo tanto, habrían sabido el año en que nacería el Mesías y, como dice el Dr. Ross, “La aparición de un evento estelar extraordinario a los vigilantes magos confirmó que la trascendental llegada estaba por llegar. Suponiendo que los líderes de Israel estuvieran igual de vigilantes, fueron directamente a la ciudad capital para aprender la ubicación del Ungido…” (Traducción mía, y en todas las citas que siguen de los artículos en inglés)

El Dr. Ross no es el único que ha especulado sobre esta posible conexión, y es una posibilidad muy interesante, aunque obviamente no hay ninguna certeza al respecto.

5.      La posición judía

Los judíos ortodoxos también creen en el Mesías (מָשִׁ֣יחַ /māˈšîaḥ/ “ungido”),[5] pero no creen que él sea Jesús, y creen que aún no ha venido. Curiosamente, consideran que muchos de los mismos pasajes de las Escrituras hebreas se aplican a él como lo hacen los cristianos, incluidos muchos pasajes que en realidad no usan la palabra מָשִׁ֣יחַ /māˈšîaḥ/ “ungido” (que es lo que significa “Mesías”), como se muestra en esta página I y esta página I. (La pronunciación asquenazí de מָשִׁ֣יחַ “Mesías” es [mɔˈʃiaχ], a veces escrito Moshíaj en español, y frecuentemente Moshiach en inglés, razón por la cual se escribe así en estos artículos. La “ch” en este nombre se pronuncia [χ], casi como la j del español, no [tʃ] como en español o inglés.)

Por ejemplo, en el segundo enlace vemos la evidencia de que el Mesías será un descendiente de David, aunque ninguna de las referencias dadas utiliza el término “ungido / Mesías”. Esto también era bien conocido en los días de Jesús, y resulta ser una de las evidencias importantes de que Jesús cumple con los criterios para ser el Mesías. Y el primer enlace muestra que los judíos ortodoxos también reconocen que partes de Daniel 7 y 8 se aplican al Mesías, como el “hijo del hombre” en Daniel 7:13-14.

Sin embargo, los judíos ortodoxos no aceptan que Daniel 9:24-27 se refiera al Mesías, a pesar de que se use dos veces el sustantivo מָשִׁ֣יחַ “ungido” (“Mesías”) en estos versículos, y se use una vez una forma del verbo מָשַׁח /māˈšaḥ/ “ungir”. Curiosamente, igual como los cristianos sí aceptan el hecho de que el término “semana” en este pasaje se refiere a un período de siete años. Sin embargo, por esta misma razón, se niegan a ver este pasaje como una referencia al Mesías, ya que no importa cómo se calcule, esto significaría que el Mesías ya ha venido, ¡en alguna época cerca del tiempo de Jesús!

5.1.     Una refutación judía y algunas respuestas a ella

Este artículo I [6] por el rabino Bentzion Kravitz expone varios argumentos desde la perspectiva judía de por qué este pasaje no podría referirse al Mesías ni tampoco a Jesús. No me tomaré el tiempo para refutar cada uno de sus argumentos, que resultan ser inválidos, pero solo mencionaré algunos.

5.1.1.  La cronología tradicional judía

El más grande es simplemente que el artículo sigue la cronología judía tradicional del mundo, ¡la cual simplemente es incorrecta! Como dice este artículo I, esta cronología fue elaborada originalmente por el rabino Yosi ben Halafta en el siglo II d.C., y “la estimación del tiempo…fue demasiado corta porque el rabino Yosi subestimó la duración del Imperio Persa en unos 160 años”. Actualmente, las fechas del Imperio Persa están bien establecidas por las investigaciones modernas basadas en múltiples evidencias, pero la cronología judía nunca se ajustó en consecuencia. ¡Así que los argumentos en el artículo mencionado al comienzo de este párrafo tienen un error de 160 años! Algunos de los otros números en el artículo tampoco son correctos.

5.1.2.  La traducción correcta del versículo 25

Otro argumento hecho en el artículo es que el “ungido” en el versículo 25 debe ser diferente del “ungido” en el versículo 26. La explicación dada en el artículo no es muy clara. El rabino dice:

En realidad, según el hebreo, las 7 semanas y las 62 semanas son dos períodos separados y distintos. Un evento ocurre después de siete semanas y otro evento después de 62 semanas adicionales.

y después dice:

El uso del artículo definido (ה ~ jey) que significa “las” en el versículo 26, “y después de las 62 semanas se cortará el ungido”, a veces se elimina en las traducciones cristianas, pero su presencia en el original hebreo claramente indica que las 62 semanas deben tratarse como un período de tiempo separado de las 7 semanas originales. (Énfasis mío)

No encuentro ninguna versión en español que omita el artículo. Es cierto que la King James Version en inglés omite el artículo, aunque la New International Version y la English Standard Version no. Pero en cualquier caso, no hay ningún argumento contra la primera cita anterior, o con el texto que he marcado en negrilla en la segunda cita. Está claro que algo debe haber ocurrido al fin de las 7 semanas y antes del comienzo de las 62, como analizo en el cuadro arriba en la sección ‎3. Pero nada de eso comprueba que los dos ungidos no sean los mismos.

El problema verdadero es la traducción correcta de esa parte del versículo 25. El rabino dice:

La traducción correcta debe ser: “hasta un príncipe ungido serán 7 semanas (49 años),” “luego, durante 62 semanas (434 años), se volverá a construir (Jerusalén) pero en tiempos difíciles.” Luego, después de (esos) 62 semanas será cortado un ungido.”

Y la Nueva Versión Internacional está de acuerdo con él (y algunas otras versiones también):

25 Entiende bien lo siguiente: Habrá siete semanas desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén hasta la llegada del príncipe elegido.[7] Después de eso, habrá sesenta y dos semanas más. Entonces será reconstruida Jerusalén, con sus calles y murallas.[8] Pero cuando los tiempos apremien, 26 después de las sesenta y dos semanas, se le quitará la vida al príncipe elegido…

La división importante en el texto está resaltada de amarillo. Pero la Reina Valera 1960 y la mayoría de las traducciones al español dan una traducción alternativa:

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías…

Aquí no hay una división de la oración entre las siete semanas y las sesenta y dos semanas, y esto cambia completamente el entendimiento de si había un ungido o dos. En realidad, el problema parece ser, aunque el rabino Kravitz no lo dice, que en el texto masorético existe lo que se llama un “acento disyuntivo mayor” entre las siete semanas y las sesenta y dos semanas, como señala Ellicott I. Éste no es un acento como la tilde del español que indica dónde se da el énfasis, sino realmente es un divisor por la mitad de un versículo que muchas veces corresponde al fin de una oración en español. Sin embargo, éstas son marcas interpretativas que no estaban en el hebreo original, sino que fueron añadidas por los masoretas. El texto hebreo como tal en realidad se lee más simplemente de la segunda manera.

(Por extraño que parezca, la Nueva Versión Internacional en español y la New International Version en inglés toman posiciones opuestas sobre esta cuestión y sobre varias otras decisiones de traducción en este pasaje, a pesar de que son publicadas por la misma organización.)

5.1.3.  Otras opiniones judías

Los judíos reformistas tienden a no creer en la autoridad de las Escrituras hebreas, y sólo consideran la cronología judía tradicional como una tradición pintoresca como tantas otras, por lo que para ellos toda la cuestión es irrelevante. Los judíos conservadores caerán en algún punto intermedio. Así que la posición de los judíos ortodoxos es probablemente la que vale aquí. Sin embargo, si alguien conoce algún argumento judío que se haya formulado sobre esta cuestión basándose en las fechas correctas del Imperio Persa, ¡por favor, avíseme!

6.      Comparación de 3 versiones en español de este pasaje, con las diferencias importantes marcadas en colores distintivos

Todas las notas al final del texto en estos textos son de los propios textos publicados.

Los distintos colores del texto en negrilla concuerdan a través a las tres columnas. Éstos indican importantes diferencias entre las versiones que afectan la interpretación. En muchos de estos casos, la otra interpretación se da en una nota final, mostrando que ambas interpretaciones se reconocen como posibilidades válidas.

Se resaltan las diferencias clave en la puntuación y la división de las oraciones entre la NVI y las otras versiones que afectan significativamente la interpretación.

 

Reina Valera 1960 (RV60)

Nueva Versión Internacional (NVI)

Nueva Traducción Viviente (NTV)

 

24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

24 »“Setenta semanas[9] han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a sus transgresiones y pecados, pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía, y consagren el lugar santísimo.

25 »”Entiende bien lo siguiente: Habrá siete semanas desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén hasta la llegada del príncipe elegido.[10] Después de eso, habrá sesenta y dos semanas más. Entonces será reconstruida Jerusalén, con sus calles y murallas.[11] Pero cuando los tiempos apremien, 26 después de las sesenta y dos semanas, se le quitará la vida al príncipe elegido. Este se quedará sin ciudad y sin santuario, porque un futuro gobernante los destruirá. El fin vendrá como una inundación, y la destrucción no cesará[12] hasta que termine la guerra. 27 Durante una semana ese gobernante hará un pacto con muchos, pero a media semana pondrá fin a los sacrificios y ofrendas. Sobre una de las alas del templo cometerá horribles sacrilegios, hasta que le sobrevenga el desastroso fin que le ha sido decretado”».

24 »Un período de setenta conjuntos de siete[13] se ha decretado para tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a su rebelión, para terminar con su pecado, para obtener perdón por su culpa, para traer justicia eterna, para confirmar la visión profética y para ungir el Lugar Santísimo.[14] 25 ¡Ahora escucha y entiende! Pasarán siete conjuntos de siete más sesenta y dos conjuntos de siete[15] desde el momento en que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga un gobernante, el Ungido.[16] Jerusalén será reconstruida con calles y fuertes defensas,[17] a pesar de los tiempos peligrosos.

26 »Después de este período de sesenta y dos conjuntos de siete,[18] matarán al Ungido sin que parezca haber logrado nada y surgirá un gobernante cuyos ejércitos destruirán la ciudad y el templo. El fin llegará con una inundación; guerra, y la miseria que acarrea, está decretada desde ese momento hasta el fin. 27 El gobernante firmará un tratado con el pueblo por un período de un conjunto de siete,[19] pero al cumplirse la mitad de ese tiempo, pondrá fin a los sacrificios y a las ofrendas. Como punto culminante de todos sus terribles actos,[20] colocará un objeto sacrílego que causa profanación[21] hasta que el destino decretado para este profanador finalmente caiga sobre él».

 

 



[1] La palabra hebrea שְׁבֻעַ /šəˈḇuaʿ/ “semana” se deriva de שֶׁ֫בַע /ˈšeḇaʿ/ “siete”. Siempre se traduce “semana” en todas las versiones de la Biblia en español y en inglés en todos los pasajes, con la excepción de la New International Version (NIV) en que se traduce ‘siete’ o ‘sietes’ sólo en este pasaje. En la versión equivalente en español, la Nueva Versión Internacional (NVI) se traduce ‘semana(s)’.

[2] Algunos han cuestionado esto, p.ej. R. C. Sproul I, aunque considera interesante la posibilidad. F. LaGard Smith menciona esta idea y está de acuerdo de que ésta es la probable interpretación, pero no se siente capaz de comprometerse con los detalles cronológicos.

[3] Y muchos más, entre ellos esta página I y varios en esta página I.

[4] La posición dispensacionalista es bastante diferente, tanto en lo que respecta al punto de inicio de las 70 semanas como a lo que sucede en la última semana, como se explica aquí I [corregí enlace muerto]. Encuentro sus argumentos complejos y enredados, y creo que un análisis más sencillo de las cifras da mejor resultado.

[5] Este sustantivo aparece 39 veces en las Escrituras hebreas. Sin embargo, es evidente que no todos los casos se refieren al Mesías: algunos simplemente se refieren a un rey, sacerdote o profeta en particular que había sido debidamente ungido e instalado en su cargo. (Unas pocas veces, incluso se aplica a un rey extranjero que nunca fue ungido, como Ciro I de Persia en Isaías 45:1, pero que fue el instrumento elegido por Dios, ¡y por eso fue ungido metafóricamente!) Sin embargo, algunos de los casos claramente indican el prometido Mesías, y otros pueden o no referirse a él.

[6] Está en el sitio web de una organización llamada “Judíos para el judaísmo”, ¡que se creó específicamente para combatir los esfuerzos de la organización judía cristiana Judíos para Jesús!

[7] 9:25 príncipe elegido. Lit. Mesías príncipe.

[8] 9:25 murallas. Alt. trincheras, o diques.

[9] 9:24 semanas. Lit. sietes; también en vv. 25-27.

[10] 9:25 príncipe elegido. Lit. Mesías príncipe.

[11] 9:25 murallas. Alt. trincheras, o diques.

[12] 9:26 no cesará. Lit. ha sido decretada.

[13] 9:24a En hebreo setenta sietes.

[14] 9:24b O al Santísimo.

[15] 9:25a En hebreo siete sietes más sesenta y dos sietes.

[16] 9:25b O un ungido; similar en 9:26. En hebreo dice un mesías.

[17] 9:25c O y un foso o y trincheras.

[18] 9:26 En hebreo Después de sesenta y dos sietes.

[19] 9:27a En hebreo por un siete.

[20] 9:27b En hebreo Y sobre el ala; el significado del texto hebreo es incierto.

[21] 9:27c En hebreo una abominación de desolación.